Arte de las Playas

del 13 al 22 de Junio de 2003
Festival Oerol.
Terchsellings, Holanda

La “identidad” es una construcción, es un proceso al que estamos abocados arduamente durante nuestra vida.
Este proceso nos exige cuestionarnos, ponernos a prueba, demostrar que es valedero, que es genuino. En estas etapas de cuestionamientos, necesitamos desesperadamente donde mirarnos, donde ver lo que somos, necesitamos espejos.
Arte de las playas pretende brindar en el marco del festival  Oerol a realizarse en la isla Terschelling en junio del 2003 un espacio  de meditación de encuentro con la naturaleza y con los otros.
En esta “otredad” se encuentran los mejores espejos que nos devolverán un mensaje de vida y esperanza para continuar nuestra tarea de construir una identidad para un mundo mejor.


Dos espacios de encuentro generados por una obra
siempre a punto de  partir.

Arte de las playas propone armar la obra en varias oportunidades y diferentes sitios. Este traslado de la obra se realiza con el fin de compartir con la gente el carácter itinerante y efímero de la obra, indispensable para relacionarse con la esencia temporal de la playa. Arenas en movimiento, dunas, marejadas, la erosión de los acantilados por mar y viento, los constantes cambios climáticos hacen de la costa un lugar donde se puede intuir la dinámica cambiante de la naturaleza y sus elementos

Momento de detención de la obra.
Como un barco que amarra en un puerto, en el  “ tiempo- espacio “ en el que la obra se detiene y se afianza en las arenas de la playa se genera un espacio para el encuentro con la naturaleza , con el otro y con uno mismo.
 
El detenerse pone en evidencia, materializa la energía de la naturaleza costera transformándola en color con vida , en color con movimiento y energía.

La obra se detiene en un sitio , se adapta a él, interactuando con los elementos que lo identifican (viento, arena, sol, mar).

El viento le da forma y energía, es su verdadero creador.
La arena de la playa le brinda su lecho para posarse, es el piso del que va a partir.
El sol juega con luces y sombras acentuando el movimiento y las distintas formas que va tomando la obra.

Lecturas de la obra
La obra se entiende siempre desde una aproximación a ella, en el peregrinaje a su encuentro vamos teniendo distintos entendimientos de la misma.

Lectura visual
Desde lejos tenemos una visión paisajística, la obra se nos presenta en dos dimensiones como una pintura en el cielo o una a nube colorida, ya que desde una gran distancia no se percibe la presencia de los mástiles.

A medida que nos acercamos y viendo ya  la pisada de la obra en la playa y apareciendo con mayor claridad la complejidad de los elementos que la componen, la podemos percibir como una naturaleza colorida que ha  crecido en la playa, como un bosque colorido moviéndose al ritmo del viento.

Lectura visual-sonora
Ya en las cercanías inmediatas a la obra la misma nos aparece en toda su dimensión y nos muestra que en su interior hay un espacio al cual ingresar.
A su vez aparece un nuevo sentido, el oído que capta el sonido de las banderas jugando con el viento que se suman al rumor de las olas acariciando las arenas.
Es allí donde podemos rodear la obra y descubrir las múltiples formas que nos ofrece.

Dentro de la obra
Ya dentro de la obra la percepción de la misma se siente con el cuerpo, la energía que ésta despliega nos rodea, podemos oírla , palparla y en definitiva sentir que somos parte de ella.

Llamador y espacio de encuentro
La obra nos llama desde lejos a su encuentro, es en síntesis un llamador una señal, un aviso de que algo está pasando.
Cuando se llega al lugar, en realidad no hay ningún espectáculo, ni actividad programada, solo sonido, color en movimiento, estallidos de energía y un espacio libre generado bajo ellos.
Este espacio libre es un espacio para completar y ahí es donde podemos ser parte de la obra, completarla con nuestra presencia, con nuestra energía.

En su interior donde somos parte de ella, nos encontramos con la naturaleza, con nuestras sensaciones, con las de los otros. Este encuentro nos une, nos completa por un momento, nos acerca a una parte de nuestra identidad .

Identidad costera
 
Todo habitante costero tiene vivencias en común y particulares únicas de su zona.

En Las Grutas (provincia de Río Negro) aún sobreviven pescadores muy pobres casi indigentes oriundos de esos parajes, que viven de la pesca de un pequeñísimo cangrejo, en sus ojos se ven reflejada la inmensidad de  los años de ver un mar por un lado y el desierto patagónico por el otro.

En el límite entre la provincia de Santa Cruz y Chubut existe un a playa sin ningún tipo de infraestructura donde la gente de los pueblos cercanos va a juntar restos fósiles como así también puntas de flechas de antiguas habitantes.

Desde las playas de Puerto Madryn  (provincia de Chubut) sus habitantes pueden intuir la presencia de las ballenas procreándose.

Grandes médanos de hasta 7 m. sobre el nivel de la playa, actúan como pequeñas cordilleras entre las playas de Cariló (provincia de Buenos Aires) y los impenetrables bosques de tipa y pinos que la rodean, plantados hace ochenta años por aventureros que escapaban del proceso de industrialización de la ciudad de Buenos Aires .

Al norte del turística Villa Gesell (provincia de Buenos Aires) en un parador casi desconocido llamado Luna Roja, su dueño (apodado “fatiga”) todas las noches de tormenta admira junto a su familia la  energía desplegada por la naturaleza.

Arte de las playas en su recorrido por la costa atlántica argentina se ha empapado de sus energías naturales, de la energía de sus gentes que conviven cotidianamente con el horizonte, atardeceres y amaneceres maravillosos , gente que conoce de tormentas y vientos, que está acostumbrada a escuchar admirar y respetar la naturaleza .

Podemos imaginar el encuentro de gente maravillosa, de gente de espíritu colorido y vital, con suficiente energía para remontar y tomar vuelo, para despojarse de las ataduras que proponen los sistemas de alineación. De esta gente surgirá un aura colorida que podría ser similar a cientos de banderas desplegándose en el furioso viento con deseos de marcar territorios de libertad.

En Terschelling Arte de las Playas desea compartir y nutrirse de nuevas experiencias, desea poder transmitir desde sus playas un mensaje de integración y paz entre la gente del mundo.